en la búsqueda del "Amor libre" ó ¿Amar en libertad?
- iDHis AC
- 17 jun 2020
- 7 Min. de lectura

Es amar así. ¿Cómo revolucionar el amor? ¿Qué de político hay en romper la hegemonía relacional afectiva/amorosa? ¿Qué chingaos significa todo eso? Así inicia mi búsqueda por la grial, sobre las relaciones sexo-afectivas revolucionarias.
Y todo nace hace 5 años, ya que fue la primera vez que escuche la frase “deberíamos abrir la relación”, las palabras que siguieron de esa frase no las recuerdo, hasta el término “swinger”, el impacto fue apabullante, en realidad no me esperaba la propuesta, pero sobre todo en ese momento de mi vida, todo era un caos, pues estaba con una persona, solamente para cumplir con un estándar social – la quedada o la juntada- esa hegemonía heteronormativa, que parece ebullir cuando vas entrando a los 30´s.
Toda mi vida, mis relaciones han sido monógamas, yo no había conocido nada diferente, ya que venia de una cuna cristiana (cristiana evangélica protestante) la cual deje hasta los 15 años ¡claro! La estructura de mi vida fue moral-religiosa, por lo que salirme de las líneas ha sido para mi todo un acto revolucionario.

Debido a ello, la forma con la que yo crecí fue con el Amor Disney (amor romántico) ese monógamo, sumiso, entregado, absorbente, desigual. Y así fueron la mayoría de mis relaciones, aun con esa rebeldía que tengo impregnada en las venas. Y no fue hasta que entre al feminismo que me replante un huevo de cosas en mi cabeza, incluyendo las violencias acalladas en mis relaciones, y lo violento que fue la propuesta swinger en mi vida, pero también lo que detono.

Y es que para mi la monogamia era una cosa discordante todo el tiempo, porque NO exige a todo el mundo por igual, el mayor peso de la exclusividad o restricciones que esta tiene por norma es históricamente hacia las mujeres. Y es por lo que me adentre hace casi tres años a investigar sobre otras formas de amar o relacionarse que se configurara con mi evolución personal y mi deconstrucción feminista, y los paso para yo empezar a entender todo esta maraña de pensamiento fue:
Amor propio
Este termino ha sido una locura en mi vida, creo que nunca me he amado tanto, como lo hago en este momento, pero fue tan duro llegar a este punto, que me ha costado muchas cosas, la primera el desapego a ciertas prácticas, amistades, familia, profesionalismo y la segunda, hasta ahora la más difícil, abrirme emocional y vulnerarme para poder escudriñarme desde la entraña.

Y es que el termino “amor propio” fue una reivindicación feminista[1], también es cierto que el termino nace de la psicológica con el propósito de “mirar a dentro”, pero yo lo entendí curiosamente con la filosofía, y es que me debatía entre el “ser” y “el deber” (ser) esa dualidad que establece la mediación primordial del querer (ser) lo que para un humano “vale” es lo que el humano “quiere”; pero el humano no puede querer cualquier cosa, sino que quiere de acuerdo con lo que es.
Si uno NO se ama, ¿Cómo puedes amar algo o a alguien más?
Relaciones sexo-afectivas
Entre el danzón y el arrabal; las seducciones, los encuentros casuales, los enlaces, el amor… Los “nuevos” códigos; y es que somos fanáticos, fanáticas, fanatiques, de descubrir el hilo negro, al final (en mi caso) somo investigadores de lo nuevo y de como romper con lo normado. Y es por ello que mi primer encuentro con el tema POLIAMOROSO fue una serie de Netflix llamada “Tu, yo y Ella” (inserte aquí Emoji de cabeza que explota) Yo en realidad no entendía la actividad Poliamorosa, por eso mi afán de abrir este tema, con poliamor. Porque tiene distintas connotaciones y una gran critica.

Por un lado, el poliamor autónomo, que enfatiza en la autonomía del participante para elegir y desarrollar relaciones. Y el poliamor jerárquico, que plantea la existencia de relaciones primarias y secundarias que coexisten temporalmente, pero se diferencian en la dedicación de tiempo, energía, proyectos en común, etc[2].

Esto no, es más, que según distintos teóricos, una mala traducción[3], porque el poliamor se plantea en los 60´s como una practica de poli afectos, y después de poli amores, que al final en Latinoamérica conjuntamos las dos en “poliamor”. Y que, en términos prácticos, el poliamor no es otra cosa que “… amar a varias personas a la vez de manera consensuada, consciente y ética. Quienes lo defendemos creemos que el amor no tiene que estar restringido: si amas a una persona deseas lo mejor para ella, y eso incluye poder ampliar su vida amorosa.” [Asociación de Poliamor de Madrid (2018)].

De ahí se desprende una crítica. Brigitte Vesallo dice “El sistema nos la ha colado por dos lados: a través del amor romántico, identitario, cerrado, confrontacional; pero también en la manera de desmontarlo a través del poliamor porque hay una corriente que es neoliberal.” Con esto quiere decir que el poliamor a dejado de ser una forma de romper con la estructura, porque se ha colado lo neoliberal, pues este se adorna de libertad, realización personal y otras buenas palabras, pero en cuanto se deja operar, la solidaridad y la autonomía individual se transforman en la dominación de quienes tienen más poder de negociación.
Y es que el poliamor si no se busca para romper e incomodar como un acto político, simplemente es un acto que el sistema a tomado para sus fines y generar nuevamente opresión, victimización para una de las partes, pues son practicas que se traen de la monogamia[4].
Entonces se empieza hablar del “amor libre” como una practica sana dentro del poliamor o en forma autónoma, pues el “amor libre” es un compromiso entre iguales, basado en el respeto, el deseo y en el cuidado, aceptando al otro como otro al que no se puede entender por completo, ni se puede someter, pero en el que la entrega es total.

Y es como encontré el término “anarquía relacional” que es algo sumamente abierto ya que este se basa en el consentimiento implícito, entendiendo que es revocable y revalidándolo frecuentemente con su pareja y que el consentimiento puede ser explícito o implícito.
Amar en Libertad
Es claro que estos términos relacionados o definidos por los grandes intelectuales, son sumamente confusos y que a la teoría parecen ser una buena forma de relacionarnos, como un acto de libertades y como una postura política.
A lo largo de estos tres años de trabajo, me he dado cuenta de que no existe forma de amar si no hay libertad, es decir Amar en libertad, pero que para ello tienes que ser consciente de que no puedes establecer vínculos sexuales y/o afectivos sin responsabilidad afectiva.

Y es que la responsabilidad afectiva con lleva un todo, pues no solo se trata de pareja, debemos entender que cada humano es una mente y por ello una evolución propia, y que cualquier vínculo que creamos, conllevamos una responsabilidad, y esto no como un acto de ceder culpas, si no como un acto de hacernos cargo de nuestros propios miedos y nuestras propias reflexiones para el actuar con el otro.
Por ello para mí, el amor debe ser en libertad, porque no existe una forma mas revolucionaria que cuestionar al patriarcado desde los adentros, sin importar la practica de relacionarse por la que optes, porque si esa practica realmente es novedosa, democrática, integra y leal, para contigo como para con quien te vinculas y de quien te vinculas para contigo, formas una ruptura en el sistema, en el machismo y la violencia cotidiana dentro de aquello que nos han vendido como amor.

Es claro que no tenemos la respuesta a que es mejor para tener una relación, ni sabemos como llegar a plantearlo, porqué es un tema que ante la forma en que somos educados, no logramos concebir en nuestra mente, compartir a alguien que amamos con otro, otra y otre – tema que tocaremos después con el amor romántico- mas si ponemos en duda nuestras propias creencias y abrimos canales de comunicación podemos crear una vinculo sexuales y/o afectivos con responsabilidad afectiva, dinámico, divertido, nuevo, único, integro con quien hoy decidimos amar.
Nunca encontraremos una formula mágica, y creo yo que aun cuando toda la teoría se lleva a la práctica, existen miles de retos que uno tiene que ir trabajando con su pareja, desde no dar nada por sentado, hasta compartir tus miedos y curiosidades, dejar atrás los protocolos, que hoy nos hemos creado "de no compartir vulnerabilidad o sentimientos."

Amar en Libertad, para mi significa ser YO con quien quiero ser y estar y, que ese “ser” sea con quien quiere ser y estar , libres y sin miedos, aun cuando el panorama tenga matices complejos como: la duda, los celos, la curiosidad mal sana (stalkear), la hegemonía amorosa, uno pueda tener la comunicación a dos extremos desde la integridad y la lealtad para poder limpiar el panorama juntos y caminar en esa aventura incierta que es amar en libertad.
Escrito por
de la linea de Género & Feminismo
[1] https://www.pikaramagazine.com/2019/09/amor-feminismo/ [2] ALA: 2015 Asociación Amor Libre Argentina [3] El propio neologismo “poliamor” es una mala traducción de poliamory que en inglés no significa exactamente poliamor, que sería polilove. En los años noventa, cuando el concepto se comienza a popularizar en California, en su versión original se incidía más en las relaciones afectivas y menos en las sexuales, por eso en inglés popularizan el extraño término de “poliamory” en vez de multiloving o polilove. Expertos como Felix López (citado por Roldán, 2018) prefieren diferenciarlo del término multiloving, ya que sería más preciso utilizar dos términos diferenciados: poliamory, querer a varias personas (lo principal son los afectos), y multiloving, amar a varias (no solo querer en el sentido afectivo). En español solo tenemos un término, poliamor, como suma de ambos. - ¿Poliamor, amor libre o en libertad? Potencialidades y dificultades- 2019) MLSPR, 2(1), 99-116 [4] La monogamia ha estado mal definida. Para mí es un sistema organizador de nuestros afectos y vínculos sociales que sitúa en la cumbre al núcleo reproductor de manera identitaria. Ese núcleo es el más importante a nivel afectivo. Esto es peligroso porque es un núcleo que nos aísla, y cuando se dan violencias (y es fácil que se den por la propia dinámica de construcción de ese núcleo) te has quedado con pocos recursos en el entorno por esa dinámica de aislar, de jerarquizar, de priorizar, etc. Ese núcleo lo que hace es que las amistades, el vecinaje, etc. no se tenga en cuenta en tanto que relaciones. (Brigitte Vasallo – Publico.es)
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